martes, 25 de septiembre de 2012

Martes


La semana arranco un día después, con un martes que sabe a lunes, pero martes al fin. La mañana se me fue mas rápido de lo acostumbrado y cuando me quise dar cuenta, ya era hora del almuerzo. Después, responder un par del mails, un café, una reunión y las 18 hs me empujaron a la calle. Así salí, caminando despacito, sintiendo un frío primaveral desacostumbrado. Me senté en la mesa de un bar y me pedí un té… si, un simple té, para tratar de en cada sorbo, ordenar las ideas.
Abrí la libreta y medí el tempo: 3 meses; apenas un poco más de 90 días para que el año se termine y yo tengo la agenda completa hasta el 23 de diciembre. Reuniones, viajes y más reuniones y varios informes que llenar… Como cada fin de año, corriendo a contra reloj para llegar con todo… Y yo ordenando cada cosa para que nada se escape.
Afuera, parece que se coló un día de julio y no hay rastros de la primavera, y por un minuto, siento ese frío separándonos… Quisiera poder decirte un millón de cosas, contarte de mis miedos, de mi expectativas, de mis proyectos… pero estas a kilómetros de mí, kilómetros que caben en 20 cuadras.
El último sorbo de té me dice que la semana será corta, y que los días que vienen, pasaran más rápido de lo esperado. Habrá que tener la valija lista, y seguir la agenda para no atrasarse. Tendré que aprender a hablarte también con éste silencio, hasta que el frío pase...
Después de todo, es un martes que sabe a lunes, pero al fin, martes…

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