martes, 31 de marzo de 2009

Odios Varios III


Odio tener que depender de algo o alguien.

Odio que se metan en mis cosas sin permiso.

Odio salir de casa con un hermoso día de sol, y que medio día se largue la tormenta.

Odio a los avivados y oportunistas.

Odio el olor a lavandina.

Odio viajar en colectivo en hora pico.

Odio que el tiempo pase tan rápido cuando lo estoy disfrutando.

Odio las piedras en el camino.

Odio que te aparezcas en los rostros de otros...


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Sacar los demonios siempre es bueno...

lunes, 23 de marzo de 2009

“...Es el marco de la cara....”



La relación que tenemos las mujeres con nuestro cabello es misteriosa e interesante. En muchos caso, nuestro peinado es el reflejo de lo que nos pasa por dentro. Desde cambios rotundos de color, hasta cortes inesperados, pasando por planchitas y reflejos... Y viene a mi memoria la frase de una publicidad de shampoo resumiéndolo todo: “... Es el marco de la cara...” De allí su importante papel en nuestra imagen.

Yo no soy la excepción: desde las pequeñas trabitas de mis primeros años, pasando por el tupido flequillo a los 9, hasta llegar a la rebeldía adolescente donde nacieron unos bucles en mi nuca que no se llevaban muy bien con el lacio general. Como yo, mi cabello iba mutando...
Pero el cambio más radical llegó a los 19,cuando fui buscando un rebajado (el largo superaba la mitad de mi espalda...) y regresé con un cortito muy parecido al que usaba Araceli González en la Banda del Golden Roket. Fue el anticipo de lo que vendría: ese año, comencé la facultad y mi vida comenzó a girar inexorablemente...
El pelo corto me abrió a un mundo nuevo. Descubrí el pacer de salir a la calle con el pelo mojado sin preocuparme por un resfriado al otro día, y de peinarme con las manos, olvidando los cepillos, y el pelo enredado.. Durante seis años, fui y vine del pelo corto al pelo largo, impulsada más por una cuestión de comodidad y tiempo, que de estética, aunque en cierto modo, ese cambio exterior iba reflejando mis etapas superadas...
Han pasado 8 años desde ese ultimo corte, y hoy disfruto mucho de mi cabello largo. No me importa ni el costo ni el tiempo que lleve poder lucirlo como lo hago. Cepillos para brushing, baños de cremas, aceites anti frizz, shampoo con cera de perlas... todo es valido para estar orgullosa de mi melena.
Sin embargo, hoy creo que es momento de hacer algunos pequeños cambios, algo que por fuera refleje mis cambios internos.

Año nuevo... Vida nueva... Look nuevo...


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Nota A: Entrada escrita en la antesala de la peluqueria....

viernes, 20 de marzo de 2009

Clara,... ambigua


La vi desde lejos, enfundada en su perfume importado. Tenia ese aire de feme fatal tan natural en ella. Se movía despacio, pero segura entre la gente. Era sin lugar a dudas, el centro de la reunión. Yo observaba en silencio como iba tejiendo los hilos, como desplegaba su telaraña de secretos. Es que Clara posee la peculiar capacidad de digitar todo a su antojo, de calcular cada cosa al mínimo detalle, con la precisión de un relojero suizo. Yo intentaba recodar el brillo de sus ojos, pero estaba más oscura que nunca. Ahora, hasta el destino perecía un capricho suyo. En ocasiones como ésta yo me pregunto que hago con ella, que es lo que une a dos personas tan diferentes como nosotras. Si hasta se me antoja lejana y desconocida...
Ella seguía manipulando todo desde su versión de todopoderosa. Moviendo cada pieza de su ajedrez, firmemente convencida de la victoria. Insensible... Fría... Inmutable
En cierto modo, admiraba esa capacidad de desdoblarse, de ser otra en ella misma, de congelar todo en su mente y llevar adelante su plan, por duro o cruel que sea.
Esta Clara no tenia nada que ver con la última que había pasado por mis ojos, vulnerable, minúscula... Y mucho menos con la de mis recuerdos, cuando irradiaba luz por los poros. Si no fuera que he visto sus lágrimas, diría que es un témpano por dentro.
Mi papel de testigo tácito termino cuando me descubrió a un lado, entre la gente. Dejo la charla con una excusa efímera, sin que importara mucho que los demás se quedaran con la palabra en la boca, y camino directo hacia mi. Me saludo con la misma dulzura de otros tiempos, dejándome muda, ante tamaña demostración de afecto.
- Un consejo: no muestres debilidad... Los lobos huelen el miedo – susurro en mi oído.
Recordé entonces que a veces la vida, aunque uno no lo pida, te transforma en tu versión mas ambigua...









lunes, 16 de marzo de 2009

Cuestión de piel



¿Qué lleva a dos personas a establecer algún tipo de vínculo...? ¿Que será aquello que nos aleja de alguien aun sin conocerlo...? No lo sé, pueden ser muchos factores...
En mi caso: una cuestión de piel...

No puedo definirlo ni explicarlo con palabras. Solo sé que hay algunas pequeñas cosas que me anuncian de antemano como me llevaré con cada persona que conozco. Sutilezas, detalles casi imperceptibles quizás para el resto, pero que para mí significan mucho. Son como un pequeño signo que me dice si puedo o no confiar en alguien, por ejemplo, o que persona solo estará en los buenos momentos. Con quien es factible establecer un negocio, y quien es preferible tenerlo muy lejos.
Estas mínimas pero inestimables claves, rara vez me han fallado, por eso les presto mucha atención, sobre todo cuando lanzan una señal de alerta, aun cuando la persona que tenga a mi lado sea la versión viva de Heidi...
En ocasiones, no puedo descifrarlas de entrada, pero las siento y eso basta. O me brindo plenamente, o me sumerjo en mi ostracismo. Lamentablemente no hay mucho que el otro pueda hacer para controlar ésto. Ni yo misma puedo. Acá no valen ni las máscaras, ni los engaños, ni siquiera las buenas intenciones. Sea como sea, mi sexto sentido está despierto las 24 hs. destilándome reacciones químicas con cada persona que me rodea.
Eso fue lo que sentí cuando te acercaste a pedirme fuego, y como yo no tenia, nos quedamos charlando. Yo no sabia que ibas a cambiar mi vida, pero algo me hizo sonreírte aquella noche y darte mi teléfono...
Eso es lo que siento cuando lo encuentro en el boliche, y con sonrisa “ganadora” me invita un trago... Aunque tuviera la pinta de Tom Cruise (y realmente no es el caso...) nada hará que cambie éste rechazo que me nace, aun sin quererlo. Ni que hable con mis amigos pidiéndoles una mano, ni que busque la excusa para acercarse, ni que mande emisarios diciéndome lo “bueno” que es. Mientras más se esfuerce, más me alejaré...

Llámenlo como quieran: Feedback. Feeling. Química. Cuestión de piel...

lunes, 9 de marzo de 2009

Piropo



“Sos muy linda como para que te choque...”
Me dijeron una noche cuando regresaba de una fiesta con unas amigas, cruzando la calle. Eran dos adolescentes en moto... Después de escucharlo, las tres comenzamos a reír por la ocurrencia. Es que el piropo bien dicho causa eso, tiene el mágico poder de convertirte en el centro del universo, al menos por unos segundos...

Por esas cosas de la vida, de la modernidad, y esa vorágine que nos consume día a día, ya nadie dice piropos. “Es un arte” solía afirmar mi tío, refiriéndose a que piropos eran los de antes, cuando ese halago significaba la forma de acercarse a la dama deseada.
Las nuevas generaciones se quedan en lo grotesco de las frases alusivas a las curvas femeninas, con los ojos medio desorbitados y el hilo de baba cayendo por la comisura de la boca. ¿A quién se le habrá ocurrido que con ese gesto “ganan...”? ¿O qué una mujer puede sentirse atraída por una frase libidinosa que raya la grosería o el insulto... ? Sépanlo, no existe nada que nos aleje más de un hombre, que una frase del tipo “mamita.... vení que te $&#@#...”
El piropo debe ser espontáneo, ocurrente, pero sobre todo, hacer sentir a la destinataria, que su hermosura, puede cambiar el eje de la tierra si así lo quiere.... Hacerla sentir deseada como mujer, y no como una muñeca inflable de la que no se recordará ni el rostro ni el nombre al día siguiente.
No hacen falta tener la poesía de Pablo Neruda, ni la pinta de Brad Pitt para conquistar con un piropo bien dicho. Tampoco ir en un auto último modelo o tener un tarjeta dorada en la billetera. Simplemente ser dulce, gentil y original... Intentar con esas pocas palabras, que la mujer no olvide jamás quién las dijo, y porque no, que ese pequeño gesto se trasforme en algo mas. Las frases hechas, rara vez son una buena tarjeta de presentación o la manera de entablar una charla. Originalidad es la clave para hacer sentir a una mujer única...

Quizás mi tío tenia algo de razón y si es un arte. Pero que hermoso seria que esa galantería estuviera otra vez de moda...