sábado, 9 de agosto de 2014

Ella


El reloj se clavó a las 16,25 pero para ella el tiempo se detuvo hace rato. Lleva puesta su bata larga, el cabello suelto, y varios recuerdos en la mirada. Yo la contemplo desde lejos pero ella parece no notarlo. Camina por la sala con una taza de café en la mano y los ojos clavados en la portada del nuevo libro, aunque por ahora no lee. Sábados así no se repiten a menudo…

Ella es transparente, metódica, dulce, reservada. Se queda callada cuando le preguntan por sus planes, no está muy segura que los demás la vean tal como es. Dice una excusa simple y sigue. Aprendió a no demorarse donde no pueda amar…

Hoy tiene ese extraño color a melancolía en sus ojos café, hace mucho tiempo que no brillan así… Yo sigo mirándola desde la esquina de la sala, y cuando ella me descubre, me regala una sonrisa. La más linda en días. No sé qué le pasó. No sé quién ésta vez, hechizó su alma… prefiero no preguntar. Es muy difícil llegar a tocar su corazón guardado bajo diez llaves. Prefiero verla sonreír.

Ella clava sus brillantes ojos en el ventanal y se queda detenida, como extasiada, mirando derramarse la tarde por el balcón. No ha dicho palabra en dos horas. Solo sonríe. Solo mira.

Por fin abre el libro que descansa en sus piernas. Sale de su limbo para entrar en otro. Por primera vez en la tarde la descubro espiarme de reojo. Le sonrió. Sábados así no se repiten a menudo…


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Wow! Que lindo relato! Salu2, Charls.

E1000luz dijo...

Muchas gracias Charls!!!!!