sábado, 27 de septiembre de 2014

La cita

Como cada mes, el día 13, lloviera, truene o hiciera 40 grados, ella repetía al misma rutina. Apartaba su agenda de todo compromiso a la misma hora, se preparaba temprano, y salía camino al centro. Esta vez  llevaba puesto un jeans con una camisa color crema, una larga chalina con flores y gotas de su perfume favorito.-
Como cada mes, entro en el bar se sentó en la misma mesa, y pidió café. El mundo giraba sin prisa con su rutina cotidiana mientras ella tenía aquella cita con los recuerdos. Fue la manera que encontró para sentirlo cerca, para superar los años luz que los separaban.-
Y en aquella cita ella repasaba cada mirada, cada sonrisa, cada beso y volvía de alguna extraña manera a vivir. Durante esa hora y media sus ojos brillaban de modo diferente. Y ya no importaba los mails pendientes de responder, ni la cuentas por pagar. Durante aquel ritual no importaba nada mas que ella y sus recuerdos. Era como si de alguna extrañan manera regresar a ese tiempo, lleno de felicidad. Poco importaban ahora las circunstancias que los llevaron a separarse. Sabía que lo que sentía podía superar todo aquello.-
Como cada mes, se sentó sola, durante 90 minutos mirando al infinito y con la sonrisa mas linda que le nacía. De vez en cuando el mozo se le acercaba y le ofrecía mas agua o un café mas. Des vez en cuando de alguna otra mesa, le preguntaban si podía usa la silla vacía, y ella solo respondía con un gesto y la cedía.-
Llegando el final de la cita, se preguntaba que era de su vida, como estaba, a quien miraba... Hubiera dado lo que no fuera por escuchar su voz, una vez mas...  La vida es demasiado misteriosa para los que aman y aveces, parece jugar en contra.-
Puntualmente a las ocho de la noche llamó al mozo, pidió la cuenta, y pago. Levantó sus cosas y cruzó la puerta, pensando en la próxima cita dentro de 30 días. Se fué caminando despacio hacia su casa. Se fué con el alma llena de vida.-

...

Eran las ocho menos diez de la noche cuando él se bajo del taxi en aquella esquina. Había quedado en encontrarse con su hermano en el bar, aunque le llega un mensaje diciéndole que no iba. Se quedó parado unos minutos en la vereda de enfrente, esperando la luz del semáforo para poder cruzar, cuando la vio salir del bar. Por un minuto el corazón se le detuvo. En un minuto él,
se volvió a enamorar...



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