Clara, invisible

Le temblaban las manos. Inconsciente, inconstante, fumaba su cigarrillo. Era la fragilidad hecha mujer… Yo la miraba en silencio, a un abrazo de distancia. Intentaba recordar que hacia ahí… por que yo… recordé entonces su llamado y las lágrimas derramadas sobre el teléfono.
Tenía los ojos inyectados de dolor y soledad, ocultos tras sus grandes sunglasses de diseño. Al cabo de un rato (que pareció eterno…), me habló, aunque en realidad me dijo lo que ya sabía. Es que Clara tiene la virtud de ser transparente cuando lo quiere. Después de un par de oraciones sin sentido y varias frases hechas, terminó diciendo lo que ni yo imaginaba:
- Soy invisible…No entendía. No cabía en mí la idea que ella fuera invisible… de que así se sintiera. Ella, justamente ella. Si era imagen pura por las cinco direcciones.
- In - vi - si - ble – deletreaba, repetía. Ella, que jamás pasaba desapercibida. Podías amarla u odiarla, pero nunca te sería indiferente.
Y su invisibilidad superaba sus contactos en el facebook y su agenda llena. Iba más allá de la ropa de marca y sus tacos altos. Ella, el glamour hecho mujer…
- Es que las cosas buenas les pasan a los demás…- Las cosas buenas…? – pregunté
- El amor… El amor le pasa a los demás. A mí no. Soy invisible…Y fue escucharme en sus palabras, verme allí, dentro de sus ojos. Yo, tan distinta, tan opuesta, y al mismo tiempo sentir lo mismo que ella…
- Si, lo sé…No hubo más que decir. Después de un rato, me pidió que la dejara sola. Nunca sabré cual fue detonante, qué la llevo a mostrarse sin sus cáscaras. Es que Clara tiene la virtud de volverse una muralla si lo quiere.
Volví caminando, aún tenía el eco de sus palabras zumbándome los oídos...in vi si ble…

Foto: Lara Jade.-