Crónicas del Probador: Episodio I

Ha partir de hoy, y en sucesivas entregas, compartiré con uds., varias anécdotas vividas en mi trabajo anterior, una conocida casa de lencería de esta ciudad, de los cuales he sido protagonista en algunos casos o simple testigo en otros. Los hechos sucedieron tal como aquí se exponen, con la salvedad que los nombres (salvo el mío) han sido modificados a fin preservar su identidad…
Espero que lo disfruten. Acá va el primero…

Episodio I : El timido

Viernes, 19 hs. en el local, las tres vendedoras estábamos atendiendo cada uno a uno cliente. Una de mis compañeras se me acerca y me dice:
- Mira la vidriera,… ese tipo no se amina entrar, lleva 20 minutos parado mirando hacia adentro…
Yo miro… y sigo atendiendo. Pasa 15 minutos y el local queda vacío; entonces el hombre entra, visiblemente nervioso. Se dirige a el mostrador donde yo estaba, y me dice:
- Buenas tardes… suerte que se fueron todas… no me animaba a entrar…- Es un chico de no mas 25 años, tiene una risita nerviosa y se nota que nunca entro en una lencería.
- Buenas tardes, en que te puedo ayudar- le digo, tratando de hacerlo sentir lo mas cómodo posible
- Eh… estemmm…. Quiero hacerle un regalo a mi esposa… - me contesta con la voz media cortada – no se porque hago esto…- dice para si, en tomo mas bajo…
- Bien, tenes alguna idea… has visto algo en la vidriera que te guste?
- Este… si…. algo como eso…- dice señalando a la vidriera, pero mirando de costado, como quien teme ser descubierto de algo.
- Un conjunto como este?- le pregunto.
- No, no… algo como la parte de abajo – me repite con el mismo gesto; sin mirar a la vidriera, ni mirarme a mi.
- Bien, y como es mas o menos tu esposa… par saber el talle…- le pregunto
- Y así, delgadita como vos – me contesta, visiblemente avergonzado.
- Ah , si… te enseño –digo al tiempo, que comienzo asacar de lo cajones diferentes modelos de bombachas similares a las que el me señalaba.
- Eh… no saques todas!- me interrumpe, con esa misma risita otra vez – Una como esta, pero mas chiquita – dice, mirando al piso.
- Está bien – contesto y saco del cajón diferentes modelos de cola less.
En ese instante el chico comienza a ponerse bordo de la vergüenza, y me dijo, sin mirarme a la cara:
- Llevo esta! … guarda las otras, rápido…
Yo levanto las demás y las coloco a un costado, par acomodarlas después
- Menos mal que no entro nadie… yo no sé porque hago esto…
- No hay drama – le digo, tratando de que se relaje – Hoy es lo mas natural, ver a un hombre comprando lencería para regalarle a su pareja..
- Cóbrame rápido por favor, estar acá me pone nervioso… - me dice mientras le hago la factura – Te parece que es un buen regalo?
- Si, vas a quedar bien – interviene mi jefe, mientras prepara el regalo, dirigiéndose al cliente.
- Chau, y muchas gracias, sos muy amable – me dijo, con una pequeña sonrisa mientras se iba…
La compra no duro mas de 10 minutos, pero estoy segura que para el fueron los 10 minutos mas largos…