La bautice Clara, por la luz que irradiaban sus ojos color miel. Su piel blanca, suave, apenas tapisada por una pecas en los pómulos, resaltaba cuando dejaba su largo cabello castaño suelto. Las curvas de su cuerpo sutilmete dibujaban su figura bajo el uniforme. Nos conocimos en el colegio, cuando tratábamos de decifrar el universo adolescente. Excelente alumna, muy buena compañera, Clara irradiaba luz a donde ella estaba. Tan linda por dentro... tan linda por fuera... Ella, como todas (yo incluida) había sucumbido bajo la seducción de P. Una noche, en el baile del colegio, se pusieron de novios, y ella lo amo con el alma entera; él la quería, a su modo, pero la quería. Al cabo de un tiempo él se canso de la fidelidad y busco en otros brazos un cariño que nunca encontró. Ella aguantaba, un poco por amor, un poco porque el siempre regresaba a su lado. El colegio termino y aquel amor también. Cada uno comenzó la facultad y dejamos de vernos tan seguido. Paso el tiempo, ella se enamoro de un compañero, M., y creyó encontrar el amor verdadero; los meses pasaron y de dío cuenta que estaba equivocada. Pasaron 5 años y varios amores; P. volvió a buscarla, pero Clara no era tan dócil y tierna como antes. Lo volvieron a intentar... y volvieron a fracasar... Después de eso perdí contacto con Clara; ella se mudo a BsAs donde había conseguido un muy buen trabajo.
Hace un para de semanas me la cruce en la peatonal, casi no la reconocí. Muy delgada, la blancura de su piel resaltaba aún mas bajo la cabellera pelirroja... "Emi, Emi R. ¡Que lindo verte! ¿Que tenes que hacer? Vamos a tomar un café..." y no me dio lugar a negarme. Entramos en el bar, ella con una linda cartera de cuero oscura en un brazo, celular en mano, y cuatro bolsas de negocios exclusivos; yo, jeans y campera, y la bolsa de la librería...
"Un jugo par ella y un agua tónica para mi" le dijo al mozo, con un claro tono porteño. Comenzamos a charlar, me contó de lo bien que le había ido en Bs As, tanto que se vino, huyendo del ruido, y puso una empresa de relaciones publicas aquí. Hablaba... me contaba sus cosas. Yo la escuchaba y la miraba, sus ojos miel ya no tenia la misma luz. Su celular sonaba cada 5`, ella contestaba y ajendaba todo, hasta que se canso y lo apago. "Pero contame de vos... Estas igual que hace 5 años" me dijo, y yo le conté de mis cosas, mis logros, mis fracasos, mis amores...
"Sabes que pasa - me dijo- los hombres son todos una mentira... están hechos con el mismo molde y cortados con la misma tijera... ninguno vale la pena..." y me di cuenta que Clara, ya no era Clara, era ella en su versión mas oscura... Me explicó que esa afirmación nacía de su experiencia, que era inútil quererlos, "ellos solo te usan... Hay que hacerlo mismo... Ves esto - dijo, señalando su pecho, que había aumentado por lo menos 2 talles - mi ex decía que eran chiquitas. Yo le dije `queres más, entonces pagamelas´, y lo hizo. Eso si, no las disfruto: dos meses después de eso, cortamos". Yo solo la escuchaba y trataba de recordar a la otra Clara, la que irradiaba luz, pero cada vez fue más difícil, la suave imagen se fue apagando.
Las horas se derramaron en la mesita de madera del bar, y se nos hizo tarde. Me dejo su numero de teléfono y se fue. Yo la vi alejarse enfundada en un jeans ajustado y una botas muy altas... Pensé que tanto amor que tenia, se le gasto... y su luz se apago...
Era Clara... tan oscura...